En el corazón: porque se lo llevaron, porque lo rechazaron, porque se fueron lejos para no volver, porque lo utilizaron...
En las manos: porque bajé alguna estrella, porque luché con mis fuerzas, porque decidí acariciarte, porque la tendí sin esperar nada a cambio...
En los labios: porque he besado alambres, porque me los censuraron, porque sentí momentos embarazosos...
En los pies: porque fui lejos a por ti, porque te perseguí, porque escapé, porque retrocedí, porque el pasado alguna vez los ató fuerte al suelo...
En los ojos: porque el mundo pasa delante de mí, porque observé momentos tristes, porque ví la oscuridad...
Cicatrices que se cierran, que se disfrazan de sonrisas; que no se olvidan, que aprendes a vivir con ellas, que se transforman en recuerdos, que te empujan a subir el siguiente escalón; y que te ponen a prueba para verte salir victoriosa.
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