Cuántas veces pensé en vuestra
carita, en qué diríais con la mirada, en la longitud de vuestros
dedos sobre mi mano. Cuántas veces imaginé vuestra risa, vuestras
lágrimas, esas que emocionan a cualquier corazón. Sin embargo,
nunca imaginé que algo tan pequeño pudiera dar tanto sin saberlo,
ni esperaba sentir esa ternura tan transparente por un ser humano.
Inocencia, aprendizaje, atención, sonrisas, miradas, dulzura...todo
eso y más me dan. Esos que rompen mi tranquilidad para no alterar mi
vida, sino para hacerme un poco más feliz. Porque ellos rompen para
construir nuevas sensaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario