30 sept 2012

Si sonríen


Cuántas veces pensé en vuestra carita, en qué diríais con la mirada, en la longitud de vuestros dedos sobre mi mano. Cuántas veces imaginé vuestra risa, vuestras lágrimas, esas que emocionan a cualquier corazón. Sin embargo, nunca imaginé que algo tan pequeño pudiera dar tanto sin saberlo, ni esperaba sentir esa ternura tan transparente por un ser humano. Inocencia, aprendizaje, atención, sonrisas, miradas, dulzura...todo eso y más me dan. Esos que rompen mi tranquilidad para no alterar mi vida, sino para hacerme un poco más feliz. Porque ellos rompen para construir nuevas sensaciones.


23 sept 2012

Cuando echar de menos...

Aquí estoy, sin parar de suspirar mientras imagino tu vuelta, aquí te espero donde me dejaste sonriendo, echándote de menos sin parar, como lo hago cuando te alejas más allá de la puerta de casa. Recuerdo cuando echaba tanto de menos que ni siquiera me salía la voz porque mi cuerpo se dormía para que el tiempo pasara más rápido. Después de esa sensación me prometí no volver a sentir tanta nostalgia, prometí aguantar la respiración más de 30 segundos sin entristecer. Quizás en ese instante le hice entender a la mente que la nostalgia forma parte de la vida; todo lo que se aleja se echa de menos hasta que lo olvidas, mientras lo recuerdas quieres tenerlo cerca, porque eso que te hace sentir tan bien se hace necesario. Cuando echar de menos no duele es confuso y extraño; cuando duele es que temes que no vuelva. Después de comprenderlo vuelves a echar de menos a alguien que confías en que vendrá a sentarte al otro lado del sofá, simplemente porque el amor es tan puro y transparente que llegas a estar segura de ti, de ella y de tu propia vida. Cuando echar de menos es recordar con una sonrisa y no temer la llegada de algo negativo. Cuando echar de menos no es echar de menos a alguien que nunca más volverá.

Es echar de menos a lo que te echa tanto de menos...